Quiénes Somos

Quiénes Somos

Somos una organización, que rescata las relaciones rotas, del hombre con Dios y la Naturaleza, Dios en su diseño original, ordenó todas las cosas, donde todos los elementos de la naturaleza, como la tierra, el agua, el sol, los ecosistemas, y el hombre, se interrelacionaran en perfecta armonía y sinergia, con el objetivo principal que hubiese abundancia, y mayordomía correcta del señorío sobre la creación dado por Dios a los hombres, lamentablemente el pecado nos separó de Dios y el diseño original, ocasionando un desequilibrio entre los componentes de la creación divina.

Como consecuencia esto acarreo pobreza, y muchas necesidades, actualmente hemos olvidado el Don de Dios, de poder aprovechar los recursos dados por el cielo a la humanidad, en Nicachange, creemos que es posible frenar la pobreza y la falta de acceso a los recursos, y poder llevar a la practica una agricultura sustentable, mediante principios agroecológicos, donde se comprueba de manera evidente, esta declaración científica y bíblica, de volver y resarcir, para reestablecer el diseño original del huerto de Dios, la tierra.

Anthony Picado Ponce

CEO and Co-Founder
Team building Training

Jose Adrián Martínez Siles

General Manager and Co-Founder
Agriculture programs and self-sustainable enterprises

Pastor Lesly Herrera

Speaker and Co-Founder
Team building Training, Espiritual Guide and Partner

Misión

Transformar integralmente las relaciones rotas con Dios, el ambiente y comunidades.

Visión

Una organización con enfoque cristiano de desarrollo comunitario sostenible.

Filosofía

Volver al diseño original de nuestra identidad en Cristo, para coexistir en armonía entre las personas, el ecosistema y recuperar la soberanía.

Valores

  • Identidad en Cristo
  • Integridad
  • Fidelidad
  • Transparencia
  • Unidad
  • Perseverancia
  • Empatía

Nuestra Historia

La visión de Nicachange comenzó en un orfanato en Jinja, Uganda. Me paré en los terrenos verdes viendo a un grupo de huérfanos con VIH que jugaban fútbol, cantaban, bailaban y vivían una vida próspera. Vi árboles frutales con montones de plátanos y enormes frutas naranjas. Las vacas mugían y las gallinas cloqueaban. En ese momento, sentí como si este pequeño rincón de Uganda fuera como el Jardín del Edén, un lugar de armonía entre Dios, los humanos y la creación misma. Estos niños, considerados por su cultura como menos que humanos por ser VIH positivos y huérfanos, prosperaban en la relación entre ellos y su entorno.


Tan pronto como regresé a casa en Casper, Wyoming, llamé a nuestros amigos en Nicaragua. “Escuchen lo que acabo de ver en Uganda”, les expliqué emocionado. “¿Por qué no hacemos algo así en Nicaragua?” Hasta entonces, nuestra iglesia había estado empacando cajas de alimentos y enviándolas a Nicaragua para ayudar a alimentar a los niños necesitados y sus familias a través de un programa llamado Feed Nicaragua. Pero ahora, surgió una nueva posibilidad. ¿Qué pasaría si en lugar de que nosotros en los EE. UU. tratemos de alimentar a Nicaragua, empoderemos a los nicaragüenses para que alimenten a Nicaragua?


“¡Esto ha sido algo con lo que hemos soñado durante mucho tiempo!” Ellos dijeron. En unos minutos, hicieron una lista de todos los proyectos y sueños de impacto comunitario que se habían estado gestando en sus corazones. Eso inició una serie de conversaciones que dieron como resultado un viaje de aprendizaje a Honduras donde cuatro líderes de Nicaragua se reunieron con un equipo de cuatro de Casper. Pasamos una semana con una organización llamada Heart to Honduras. Este grupo hizo un cambio intencional de un modelo de dependencia de los Estados Unidos hacia uno de desarrollo comunitario sostenible liderado por hondureños. Mientras visitábamos comunidades y aprendíamos sobre su trabajo, la palabra que escuchábamos una y otra vez era “dignidad”. Ahora que la gente participaba activamente en la solución de los problemas que enfrentaban sus propias comunidades, en lugar de depender de grupos externos para que lo hicieran por ellos, se sentían empoderados. La visión arraigó en nuestros corazones.


Tres semanas después de regresar de ese viaje, nuestros amigos en Nicaragua ya tenían su primera capacitación donde comenzaron a enseñar a las comunidades locales los principios de la agricultura a pequeña escala y la microempresa. Comenzaron a inculcar una mentalidad de empoderamiento en las personas y comenzaron a ver cómo aumentaba el entusiasmo y la dignidad de las personas a medida que se sentían empoderadas para enfrentar los desafíos de la pobreza y el hambre en sus propias comunidades.


Así nació Nicachange.


Creemos que las causas de la pobreza surgen no de la falta de recursos, sino de las relaciones rotas entre los humanos y Dios, entre ellos mismos y la creación misma. La salida de la pobreza es a través de relaciones renovadas en cada una de esas áreas. Proviene del empoderamiento de saber que las soluciones que enfrentan las comunidades deben provenir de las propias comunidades. Creemos que Dios creó la tierra para sustentar a las personas que viven en ella de manera saludable y sostenible, volviendo así al diseño de Dios para relaciones saludables. Existimos para inspirar vida. ¡Únete a nosotros en nuestra misión!


Pastor Darren Adwalpalker
Iglesia de Highland Park
Casper, Wyoming, USA